Gemelos Cygnus, hermandad y destreza deportiva

Foto de fotógrafo desconocido.

escrito por Alex VAE


Kleos Niké: El Diario del Deporte
Sección Historias de Vida
«Gemelos Cygnus, hermandad y destreza deportiva»
Los medallistas olímpico y paralímpico, Pólux y Cástor Cygnus, se destacan por sus habilidades deportivas y una gran historia de vida.
Viernes 21 junio de 20■■. Por Jasón Flaco Rodas.

    El atleta paralímpico Cástor Cygnus (27 años) se bañó en oro olímpico este junio en los 100, 200 y 400 metros en categoría T11. El velocista nació en Hisarlik de Ankara, Turquía, y ha cosechado nuevas victorias junto con su atleta guía Pólux Cygnus, quien también es su hermano gemelo y un boxeador olímpico de peso supermediano.

    Ambos hermanos empezaron en el deporte desde la edad estudiantil, Cástor en la doma de caballos y Pólux en el pugilato. Rápidamente se posicionaron entre los mejores de su generación a nivel regional y muy pronto a nivel provincial.

    Cuando tenían quince años asistieron a su primera gira deportiva, que se llevó a cabo en K'olkhéti de Svanetia, Georgia. Decenas de estudiantes tuvieron la oportunidad de foguearse entre los mejores y fomentar el espíritu de competición deportiva para ganar el Carnero de Oro, trofeo que señala al instituto educativo ganador como el que más campeones provee al deporte. En este evento Cástor se posicionó como el mejor domador equino y Pólux venció por nockout a Ámico Bebricio, en la actualidad conocido como «Guante de piedra» por ser un contrincante brutal en el ring.

    «No podemos darnos todo el crédito». Nos comentó Pólux Cygnus en una entrevista exclusiva para Kleos Niké. «Teníamos buenos elementos y algunos son hoy por hoy grandes del deporte. Por ejemplo, Jasón Yolcos desde esa edad era un nadador brutal. Le ganó a un sujeto que lo llamaban «Dragón insomne», y eso que todo el viaje se distrajo por andar enamorado de una muchacha. Otro de nuestros elementos era Heracles Tirinto, que entonces ya era bastante corpulento y buenísimo en todos los deportes. También Atalanta Partenia ayudó un montón, aunque ella fue en otra gira y por eso llevábamos ventaja en arquería. Atalanta arrasó con todos los de su categoría y también se llevó un buen puesto en lanzamiento de jabalina para ganar el trofeo Cerdito Calidón. En fin, siento que esta clase de giras motivan muchísimo para seguir escalando en el deporte».

    Los hermanos Cygnus continuaron creciendo y participando en diversos eventos deportivos de categoría nacional e internacional, como los Juegos Europeos del 20■■, en donde ambos obtuvieron un puesto en el top 100 de deportistas más prometedores de la década.

    Con esta trayectoria no es de extrañar que la primera asistencia de estos hermanos a los Juegos Olímpicos no tardase mucho en suceder. Y es que recién habían cumplido 19 años cuando participaron en las Olimpiadas Atenas 20■■. Cástor obtuvo la peseta de oro en doma, categoría individual, con su caballo Géminis. Pólux, en cambio, obtuvo la de oro después de ganarle 5-1 al griego Idas Afarida. Ese verano los gemelos Cygnus se ganaron una fama bien merecida.

    La vida de ambos daría un giro de 180° a finales del 20■■ cuando Cástor tuvo un accidente en motocicleta en el momento en que un auto se atravesó en su vía. Regresaba a casa de su entrenamiento y contaba 22 años. «Perdí ambos riñones. Mi hermano me tuvo que donar uno de los suyos. Se me fracturaron las piernas y se me dañó el oído izquierdo. Tuvieron que reanimarme incluso, y luego la recuperación fue demasiado dolorosa».

    Cástor no estuvo solo. Recibió el apoyo de sus padres y el de sus hermanos: su gemelo Pólux y sus otras dos hermanas, también un par de gemelas: Clitemnestra y Helena.

    Pólux relató lo siguiente:

    «Cuando yo ya me sentía bien de la cirugía de riñón, Cástor seguía en condición delicada. Los doctores nos advertían que nos preparáramos para lo peor. Temía tanto por su vida que le rogué a Dios que me permitiera darle más órganos de ser necesario, total, tenemos el mismo ADN. Yo hubiera preferido no despertar un día para que él por fin saliera de cuidados intensivos. Pero al final no fue necesario organizar ningún funeral.

    El problema vino después, cuando los doctores comprobaron que Cástor no podría volver a ver. Y sí, volví a la capilla del hospital y ofrecí mi vista. Pedí conocer un cirujano de esos que experimentan métodos de innovación para que así yo le pudiera dar mis ojos o que simplemente hiciera un milagro. Pero Dios tuvo una mejor idea que la mía. Un día me soñé a mí mismo corriendo al lado de Cástor, y entonces entendí que había otras opciones para que siguiéramos compitiendo juntos en vez de que uno tuviera que sacrificarse».

    Debido a la recuperación, Cástor no pudo presentarse a las Olimpiadas Roma 20■■. Pólux, quien también había clasificado, no asistió para poder acompañar a su familia.

    «La que no quiso quedarse en casa fue Helena». Bromeó Pólux con nosotros. «Antes del accidente ella se había convertido en Miss Turquía y era de las favoritas para ganar el Miss Universo. Obviamente no la detuvimos y ya sabemos que se volvió una inolvidable reina de belleza. A nosotros nos era útil ver a alguien triunfar para no rendirnos».

    Ante esas palabras, Cástor expresó lo siguiente: «Mis hermanas me ayudaron a salir de la tristeza por el cambio tan grande. Sobre todo, me identifiqué con Clitemnestra. Unos meses antes ella se había divorciado de su primer esposo luego de que él matara a su primera hija, Ifigenia, por un descuido durante un viaje en ferri. Ella apenas había recuperado algo de ánimo cuando me chocaron, así que creía que se estresaría mucho, pero más bien estuvo muy firme. Se volvió a casar luego, esta vez con un hombre que la trata como la reina que es y han tenido dos hijos hermosísimos».

    Helena Cygnus, en una entrevista posterior, reveló un acontecimiento que indica que la fortaleza fraternal en su familia ha sido cultivada desde antes de hacerse mundialmente conocidos. Resulta que a los trece años Helena sufrió un intento de secuestro. Un par de estudiantes de último año de su instituto educativo quisieron llevarla con ellos a la hora de salida de su catecismo. Helena sabía que su belleza de nacimiento era bien conocida por todos en Hisarlik, pero jamás pensó que quisieran obligarla a ir a otra casa. Sus hermanos Cástor y Pólux, quienes ese día habían ido a recogerla, detuvieron a tiempo a los rebeldes y amenazaron con recurrir a los golpes.

    «Incluso hicieron que la madre de uno y la hermana del otro me pidieran disculpas en persona. Solían cuidar de Clitemnestra y de mí y ese día reafirmé que podía confiar en ellos siempre» dijo Helena, conmovida.

    Aparte de su familia, Cástor también recibió el apoyo de muchos admiradores y deportistas. Uno de ellos fue el campeón de lucha grecorromana Heracles Tirinto, quien a sus 20 años vivió también un evento que le cambió la vida: durante una gira de intercambio universitario en Nemea se vio frente a frente contra un león que no había reaccionado bien a la anestesia después de un procedimiento veterinario de rutina. Heracles sobrevivió sin heridas graves y empezó a interesarse en la lucha grecorromana de manera profesional. De vez en cuando participa en competiciones de tiro con arco, en el cual también se destaca.

    «Podrá ser intimidante, enorme y acaba con la mitad de la comida en la mesa, pero Heracles es un buen amigo» aseguró Cástor a Kleos Niké. «Suele hacer muchos viajes y trabajos variados, por eso conoce a muchas personas. Así que cuando fui dado de alta, él me sugirió el paraatletismo y nos ayudó a conseguir contactos necesarios para competir».

    «También estuvo muy presente Orfeo». Comentó Pólux con gran cariño. «Él era el único de nuestro grupo que no estaba en algún equipo deportivo, sino que pertenecía a la banda del colegio. Era buenísimo y todavía lo es. Los doctores permitieron que tocara su lira, aunque muy bajito, para animarnos. Alegró a otros pacientes de paso, era su costumbre porque también tocaba para su esposa. Ella no logró vencer la leucemia, pero se fue escuchando cosas lindas».

    «Creo que podríamos hacer un libro entero de todo el aprecio que recibimos ese tiempo». Aclaró Cástor. «Aunque yo extrañaba sus rostros, fui feliz de no estar solo. Me sentía como si hubiera escapado del mismísimo Seol».

    Cástor y Pólux adoptaron una forma peculiar para seguir inmiscuido en el mundo deportivo: tomar turnos. Fue en el Nacional de Atletismo de Turquía del 20■■ donde oficialmente Cástor se presentó en la pista como un paraatleta junto a Pólux, quien sería su atleta de guía en adelante. Ese mismo año, tres meses después, Pólux ganó la victoria sobre el boxeador Acasto Y. Astidamía, lo que le valió el título en categoría de peso medio otorgados por la AMB y el CMB. Poco después, Cástor, junto a su hermano, obtendría dos pesetas de plata en los 100 y 200 metros durante el Campeonato Europeo de Atletismo 20■■.

    Los hermanos Cygnus continuaron esta pauta de enfoque en sus respectivos deportes, lo que permitió que a sus 27 años clasificaran en los recientes Juegos Olímpicos Cairo 20■■. Habiendo sido este el turno de Cástor, la siguiente contienda deportiva será de Pólux, quien se prepara con el apoyo de su hermano para su enfrentamiento contra el italiano Sexto Tarquinio Latino por el título FIB el próximo 28 de julio.

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  » Alex es una escritora costarricense y filóloga clásica que ha participado en varios eventos artísticos. Algunas de sus obras son:
  • "La Novena Familia" libro (2020)
  • "Epístola Nostálgica" cuentario multitemático (2020)
  • "Matrimonio" microcuento (2016), Antología Microcuentos Románticos Nocturnos
  • "La sequía" cuento (2021), Antología Cambios Irreversibles
  • "La taberna de Inkibiru" cuento (2022), Antología benéfica Discanectados
  • "El arte de hablar sin mover los labios" cuento (2023), Revista Inéditos
      » Pueden encontrarla en su blog sobre escrito-lectura Consejos de una beta readerX (Twitter)Facebook e Instagram.

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