La devoradora de bestias

Ilustración de Stéphane Mallarmé (1880)

escrito por Ronnie Camacho Barrón

    Hannah y yo nos conocimos en la secundaria, nuestra amistad se dio en el acto, pues ambos compartíamos un gran amor por lo mitología griega. Tanta era nuestra fascinación que pasamos recesos enteros hablando de todos los mitos que conocíamos, dibujando nuestras propias versiones de los monstruos que en ellos aparecían y discutiendo cual de todos los dioses era el más poderoso.

    Con el paso de los años nuestra amistad creció hasta el punto de que, sin darme cuenta, me había enamorado de ella y decidido a dar el siguiente paso. Me propuse declararle mi amor en su cumpleaños número dieciocho. Tenía todo planeado, le compré una edición en tapa dura de «la Ilíada» y un pequeño dije con la forma de un búho que representaba a la diosa Atenea.

    Mis regalos le encantaron y tras darme un fuerte abrazo, obtuve el valor suficiente para mostrarle los sentimientos, pero cuando iba a hacerlo, fui interrumpido por sus padres. A viva voz anunciaron a todos los presentes que lograron ahorrar el dinero suficiente para cumplir su mayor sueño, llevarla a Grecia. La noticia hizo que Hannah estallase de alegría y me dejase de lado para ir con ellos, eso me frustró un poco, sin embargo, el verla feliz fue suficiente para hacerme olvidar el enojo.

    Semanas después, cuando llegó la hora de que partiera, la acompañé al aeropuerto para despedirla y sabiendas de que no la vería un buen tiempo, decidí confesarle lo que sentía antes de que entrara a la terminal. En cuanto escuchó mi confesión, su expresión cambió de una sonrisa a un ceño fruncido. Me temí lo peor, pero en lugar de rechazarme, tomó mi rostro con sus dos manos y me plantó un beso. Mi mundo se llenó de luz en ese instante y por los breves segundos que nuestros labios estuvieron unidos fui el hombre más feliz del planeta.

    Cuando me apartó, me dijo que lo único que le molestaba de todo eso, era que, si hubiera esperado a que regresara de sus vacaciones, habría sido un inicio perfecto para nuestro noviazgo. Habiendo aclarado todo, ella abordó su vuelo con la promesa de que cuando volviera tendríamos nuestra primera cita como una pareja.

    Durante su estancia en Grecia no perdimos el contacto. Continuamos mensajeándonos a diario y yo procuraba reaccionar a todas las fotos que compartía de su viaje, desde su visita al Partenón hasta su escalada al monte Olimpo.

    Todo fue perfecto hasta que de pronto dejó de responder a mis mensajes y sus redes quedaron inactivas. Al principio me sentí algo nervioso, pero procuré mantener la calma, después de todo, estaba viviendo su sueño y sería egoísta esperar que dejara lo que estaba haciendo para responderme.

    En el momento en que parecía que estaba por controlar mis nervios, recibí una llamada que me entusiasmó haciéndome responder sin siquiera ver el número.

    —¿Hannah? —pronuncié su nombre ilusionado, mas no era ella quien llamaba, sino su padre que entre sollozos habló para decirme que ella estaba muerta.

    Al parecer Hannah iba de regreso a su hotel cuando fue abordada por un par de hombres. Ella intentó entregarles todo lo que tenía, pero ellos iban por algo más de dinero. Tras violarla, le quitaron la vida. El alma se me fue a los pies después de escuchar eso, mi cuerpo no resistió y apenas si alcancé a llegar a mi cama antes de perder el conocimiento.

    No recuerdo haber soñado nada, pero antes de despertar comencé a escuchar la voz Hannah pronunciar mi nombre.

    —Juan, Juan...

    Me levanté de un sobresalto, pues era imposible que ella estuviera ahí y, temeroso, intenté encender la luz. Aún a oscuras la extraña en mi habitación me detuvo y mientras luchaba por liberarme de su agarre, la confronté exigiendo saber de quien se trataba. Fue entonces que ella se presentó como mi Hannah. Eso me hizo hervir la sangre y guiado por la ira ahora fui yo quien se abalanzó sobre ella, le dije que se dejara de tonterías, mi novia estaba muerta.

    Ella insistió y, para comprobar su identidad, me besó de tal forma que mi memoria fue transportada al día en que se fue. Ya no me quedaron dudas, decía la verdad.

    La solté de inmediato y despacio me alejé de ella para luego bombardearla con un lluvia de preguntas: ¿Cómo era posible?, ¿qué había pasado?, ¿sus padres sabían que estaba bien?

    No respondió ninguna. En su lugar, se levantó de mi cama y me dijo que solo vino para despedirse. La escuché avanzar y antes de que saliera por mi ventana, encendí la luz para verla. Quedé horrorizado. En lugar de mi novia, me encontré con una horrenda creatura humanoide de piel escamosa, con cuernos de carnero saliendo de su cien, penetrantes ojos de serpiente, gigantescas alas de cuervo, pronunciados colmillos y una pierna de chivo hecha de bronce.

    Traté de salir de mi habitación, pero ella me pidió que no lo hiciera y tras asegurarme que no me haría daño, procedió a explicármelo todo.

    En efecto, ella era Hannah y todo lo que había dicho su padre era cierto. Aquellas bestias la habían asesinado, mas ese no fue su final. La diosa Hécate se compadeció de su muerte y con el fin hacerle justicia, la regresó a la vida como una Empusa, un demonio devorador de hombres lujuriosos. Ella ya había ido detrás de los violadores que la mataron y solo había vuelto para despedirse de mí, pues en su nueva condición no podía estar conmigo por temor a hacerme daño.

    Apenas terminó su historia, una vez más intentó marcharse. De nuevo se lo impedí, quizás no se viera como antes, pero seguía siendo mi novia y no quería volver a perderla.

    Fue así como nuestra relación comenzó. Aunque en el día es imposible que este a mí lado, cada noche la acompaño a cumplir su misión: devorar la carne y sangre de los hombres convertidos en bestias.

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  ➤ Ronnie es un escritor mexicano que ha colaborado en múltiples revistas y blogs tanto nacionales como internaciones. Algunas de estas son:
  • “Mis queridos padres” (2019) Revista Awita de Chale
  • “Entre nosotros” (2020) No. 5 de la Revista Clan Kutral (Chile)
  • “La luz” (2020) Clan de letras de la Editorial Elementum 
  • “La crónica Jiménez” (2021) Revista Literatura.si (Eslovenia)
  • “El guardián” (2022) No. 38 de Pretextos literarios 
  • “Dulce venganza” (2023) Revista Papenfuss (España)
  ➤ Pueden encontrarlo en Instagram y Facebook.

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